Wednesday, 16 April 2025

Feliz Semana Santa



Feliz Semana Santa


  —¡Esternocleidomastoideo! —dije yo bien alto contestando a la pregunta del profe de Lengua y Literatura.

—No, Dimas. A esa palabra le falta una vocal, la U —me contestó
—Ay, es verdad —reconocí decepcionado y seguí pensando.
—Tenéis que encontrar palabras que contengan las cinco vocales. Venga, que hay muchas, a ver quién es el primero en dar con alguna.
Toda la clase buscaba y buscaba una palabra que cumpliera con esa condición, tener las cinco vocales. El susurro en voz baja de cada uno de nosotros, creaba entre todos una curiosa atmósfera de intriga. La concentración era máxima hasta que...
—¡Abuelito—exclamó Jesús exultante— A, U, E, I, O. ¡Abuelito tiene las cinco vocales!
—Correcto —le felicitó el profe acercándose a darle una palmadita en la espalda— Pues muy bien ¿alguna otra se os ocurre?
Al rato, entre todos habíamos encontrando algunas más: murciélago; euforia; riachuelo; centrifugado... Pero quien había encontrado la primera era Jesús. Siempre Jesús a quien también llamábamos Contreras, por su apellido, para distinguirlo de otros Jesuses resultaba victorioso en todos los retos. Siempre Jesús era el más rápido, el más listo. Él era sin duda, y en todas las asignaturas, el primero de la clase en terminar cualquier tarea. Y también, consecuentemente, era el niño mimado del profesorado y la envidia constante de todos sus compañeros. 
  Satisfecho ya el profesor, acabó utilizando el ejercicio como muestra de "la gran riqueza sonora de nuestro idioma" y hablándonos de su importancia en la literatura. 
Escuchad por ejemplo la musicalidad que aportan las palabras que habéis encontrado: "el abuelito de aquel murciélago vuela con euforia sobre un riachuelo centrifugado" —exclamó ceremonioso señalando por la ventana hacia la lejanía para, tras una breve pausa, girar su cabeza hacia nosotros y empezar a reírse a carcajadas.
La clase entera celebró aquella ocurrencia tan simpática del profe con gran jolgorio hasta que, alzando su mano, nos interrumpió de nuevo para decirnos:
—Bueno, pues ya tenéis tarea para esta Semana Santa: Redactar un texto, de unas quince o veinte líneas y tema absolutamente libre, en el que vuestra atención se centre sobre todo en la belleza sonora de vuestro texto. Que al leerlo os guste cómo suena ¿de acuerdo? Seguro que vuestra redacción será mejor que la mía del "riachuelo centrifugado". Je, je —lanzó un par de risas más antes de abandonar la clase.


  Tras aquella etapa de rabiosa adolescencia en el instituto, Jesús y yo fuimos por distintos caminos, él estudió periodismo y yo farmacia —porque la nota de selectividad no me daba para hacer medicina pero nos veíamos de vez en cuando, sobre todo en asambleas y manifestaciones en las que coincidíamos. Eran tiempos de lucha estudiantil. En todos los actos reivindicativos él utilizaba su gran capacidad de análisis y su envidiable oratoria para convencer y arrollar a todos los presentes en cada debate. A mí, en cambio, me costaba participar de forma activa, siempre fui algo tímido. Él era siempre el protagonista principal en todas aquellas actuaciones, yo sólo un actor muy secundario. Así, año tras año, la popularidad de Jesús fue aumentando hasta conseguir más de un millón de seguidores en redes sociales. Cada vez que coincidíamos, mi envidia aumentaba al verle aún más seguro de sí mismo, mientras yo seguía igual de apocado. A pesar de todo nuestra relación era cordial y hacíamos lo posible por vernos y tomar una cerveza juntos de vez en cuando. 


  Yo siempre había pensado que el futuro de Jesús sería la política, pero me equivocaba. Al terminar los estudios y tras varios masters en el extranjero, él tuvo propuestas de al menos dos partidos políticos para que se afiliara y asumiera puestos de cierto nivel, e incluso entrara en las listas electorales con opciones de ser diputado. Pero también tenía ofertas muy tentadoras para incorporarse a los grandes medios de comunicación; y como comunicador él era, desde luego, un auténtico crack. Así que fue eso lo que eligió. 
 Yo en cambio me metí de dependiente en una farmacia de mi barrio y comencé una fase de aburrimiento vital. Poco a poco fui perdiendo el norte y sucumbiendo a diversas tentaciones: empezando por drogas suaves, hachís, marihuana, etc. ; después cocaína;  y luego ya, para colmo, empecé a experimentar con algunos fármacos que tenía más a mano. En fin, un desastre. 


  "El tiempo pasa... nos vamos poniendo viejos" —cantaba Pablo MilanésAhora Jesús, Jesús Contreras, es un extraordinario comunicador que dirige variados y espectaculares programas, siempre en horario de máxima audiencia, que van desde las tertulias políticas del más alto nivel hasta exitosos programas de humor en los que a veces tiene incluso la desfachatez de aparecer por sorpresa y hacer el payaso con notable solvencia. Jesús  es un auténtico líder de masas, tanto en este país como en el resto de los de habla hispana. 
  Estimado lector de este relato:  te contaré que, como es lógico, Jesús está siempre ocupadísimo, sin tiempo alguno para dedicar a sus amigos más fieles, entre los cuales, según él, me encuentro yo. Pero aún así nos vemos con cierta frecuencia. Precisamente ahora acabo de colgar el teléfono tras una breve conversación con él. Sí, el sonido especial que tengo asignado a sus llamadas entrantes me sorprendió en pelotas recién salido de la ducha pero me apresuré a atender su llamada.
—Hola Jesús ¿Qué tal?
—Mi querido Dimas ¿Cómo estás?
—Pues bien, muy bien, en pelotas ahora mismo.
—Ja, ja, qué bueno. Oye, mira, necesito verte con mucha urgencia. Te voy a pedir un favor, ya sabes tú lo mucho que agradezco siempre tus favores ¿Podríamos quedar esta misma mañana?
—A tu disposición, Jesús. Dime ¿Dónde nos vemos?
—Pues creo que va a ser mejor si me acerco a tu casa como hemos hecho en otras ocasiones ¿Te vendría bien?  
—Por supuesto. Aquí te espero.
 Entre él y yo a veces sobran la aclaraciones. Sé perfectamente el tipo de ayuda que requiere de mí. 
 Perdona, querido lector, que interrumpa ahora mi relato, pues tengo que preparar urgentemente lo que que creo que Jesús necesitará. En seguida vuelvo...
...
¡El timbre del telefonillo!  Buff... Tengo la casa patas arriba.
—¿Si, hola?
—Hola Dimas, soy yo.
—Te abro
...
—Pero hombre ¿no estabas en pelotas? Oye, cómo eres, no hacía falta que te vistieras. Ja, ja.
  Perdona, estimado lector, de nuevo te dejo a la espera. Tengo que atender a mi amigo Jesús.
...
Ya se fue. Buf... En que líos se mete este hombre. Te cuento. Os cuento, queridos lectores (en plural por si sois más de uno): 
Yo no sabía nada de ello. La verdad es que veo poquísimo la tele, apenas me interesa. Pues resulta que esta noche Jesús ha montado un programa, un espectáculo más bien diría yo, del que hay una expectación tremenda; se espera batir todos los récords de audiencia. Con motivo de la Semana Santa él ha conseguido poder reunir en un mismo plató a: los más resabiados gurús y críticos anti eclesiásticos; a varios portavoces de partidos políticos; y... aquí viene lo mejor: al Presidente de la Conferencia Episcopal, que vendrá acompañado por dos de sus "discípulos" más aventajados: el Cardenal Emérito de Valencia y el Obispo de Alcalá de Henares, los miembros más integristas del actual clero. Absolutamente tremendo. Todo el debate se emitirá en riguroso directo. Pero me falta por contaros lo más importante para mí, atención: Jesús quiere que yo esté también en el plató, entre el público por si en algún momento "le hago falta". Os preguntaréis el por qué de mi presencia en un show como este, claro. Pues no se debe sólo a nuestra "amistad de toda la vida", que va. Él requiere mi presencia allí porque se va a sentir más seguro teniéndome a mano, ya que, además de ser su amigo soy su camello ¿no os lo había dicho aún? Pues sí, soy el prescriptor y suministrador de todo tipo de sustancias requeridas para que este excelso líder de los medios de comunicación se sienta seguro de estar dándolo todo, absolutamente a tope, en cada actuación. Y muy especialmente esta noche en la que el reto es tan alto como el mismísimo cielo. Os dejo hasta entonces que voy a hacer zapping en la tele y a cotillear por las redes sobre este programa. Hasta luego. Adiós, adiós.
....   ...

  Han venido a buscarme para llevarme al plató. Yo nunca había montado en un Audi A8, joder, cómo mola. Supongo que no me dejarán sacar el móvil durante el show, por tanto lo voy a mantener encendido y escondido en un bolsillo, para así poder ir grabando en voz bajita todas mis impresiones como espectador directo. Eso sí, esperemos que no haya necesidad de ayudar a Jesús en alguna de las tres paradas de seis minutos previstas para publicidad, que es lo que hemos acordado él y yo como "plan de emergencia farmacológica".
 Hemos llegado. Deben tener instrucciones específicas para mí porque no me han preguntado nada al entrar al edificio; directamente me han acompañado con toda amabilidad al plató número 3 y ya estoy acomodado en una butaca de la segunda fila, justo al lado del pasillo. Estupendo.  
  Ya está el patio al completo y ahora empiezan a entrar los invitados al debate. Se acerca Jesús a saludar personalmente a cada uno de ellos.  
Se encienden los focos, se apagan las luces de sala. Todas las cámaras listas. Suena la fanfarria...  "Señoras y señores...:" Ahora un redoble de tambor... "Da comienzo la función". Aplausos y vítores del distinguido público presente en el plató.
Impresionante la entrada y ha sido magnífica la presentación inicial de Jesús. Frases exquisitamente elaboradas y declamadas con la cadencia y la entonación precisas. "Centraos sobre todo en la belleza sonora de vuestros textos" nos decía el profe de Literatura. Me lo imagino ahora pegado al televisor viendo a su alumno favorito; estará colmado de satisfacción al comprobar que sus clases han valido para algo. 
Todo está perfectamente calculado. Da la palabra primero a la clerecía. Discurso predecible y somnífero del Presidente de la Conferencia Episcopal que Jesús interrumpe con suma elegancia para contrastar la opinión de un filósofo crítico. Otro pestiño de intervención. Ahora da paso a los políticos pidiéndoles que se ciñan a dar los titulares de sus puntos de vista, pues "el programa es largo y tiempo habrá de desarrollarlos". No le hacen caso en absoluto y se enzarzan en retóricas discusiones. Hasta ahora el debate está resultando infumable.
  Se anuncia el primer descanso de 6 minutos para publicidad. No sé, me parece que Jesús no está muy satisfecho. Me levanto para buscar su mirada, pero está muy liado con los técnicos.  Por fin me mira riéndose y levantando su dedo pulgar. Fenomenal. Me deja tranquilo. No he podido confirmar con él que haya seguido mis instrucciones de uso para los dos brebajes especiales que le preparé. "Quiero sentirme con agilidad y brillantez, ya sabes, reflejos a tope para reaccionar ante cualquier situación que pueda presentarse —me indicó pero también quiero resultar imaginativo y ser capaz de idear e inducir hermosos sueños a los espectadores" Complicados los deberes que me puso para esta ocasión tan singular. Yo a él por ahora lo veo que está magnífico pero hay algunos contertulios, auténticos plomazos, que podrían matarnos de aburrimiento y dar al traste con el programa, espero que no.
  Ya empieza la segunda parte. Otra vez turno para la Conferencia Episcopal. 
—Hay que resaltar los valores sociales que conlleva la celebración de la Semana Santa. en la que solemos ver, por ejemplo, bajo esos bellísimos pasos sacramentales, a personas de muy distintos niveles sociales que se apiñan y sacrifican juntas para un mismo objetivo: Conmemorar la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo nuestro Señor. Valga de ejemplo la singular...
—No, yo no puedo estar de acuerdo, perdone —el filósofo crítico interrumpe al clérigo haciendo caso omiso a las advertencias de Jesús para que respeten los turnos de palabra—.  El sentido de la Semana Santa podría residir en su capacidad para inspirar comportamientos éticos, eso sí, o para ayudar a generar auténtica cohesión social. No bajo los palcos sino en toda la sociedad en su conjunto. Si así fuera, su celebración tendría un valor práctico significativo, sí, pero resulta que, según estamos comprobando en este mismo debate, lo que genera es precisamente todo lo contrario: incomprensión e intolerancia entre unos y otros.
  Esta intervención levanta las protestas de los tres clérigos. Varios minutos de caos, con diferentes debates simultáneos en paralelo que Jesús no es capaz de reconducir. Ahora una política resabiada que aún no había participado pide insistentemente la palabra elevando la voz y permite por fin a Jesús establecer orden en el debate señalándola a ella para que intervenga y consiguiendo una cierta calma en la sala.
—A ver: ¿A ustedes qué opinión les merece una Iglesia Católica que posee más de 100.000 propiedades inmobiliarias en este país, siendo como somos un país constitucionalmente laico, señores? A mí me resulta ignominioso. —vuelve cierto algarabío entre los presentes y ella sube el volumen de su voz para continuar— Lo mismo que los miles de hectáreas de terrenos desaprovechados, aún en manos de la Iglesia, que podrían estar usándose para fines productivos ¿Qué impacto tiene eso en nuestro PIB? ¿eh? 
Los tres clérigos manifiestan sonoramente su indignación por lo dicho. Otra vez el patio revuelto.
—Ninguno, ningún impacto —le responde con voz gritona otra política de rubia melena y afilados zapatos— Te estás montando una película absurda que no nos lleva a ninguna parte. Sólo pretendes faltar el respeto a la Iglesia que durante toda la historia nos ha ido iluminando el camino del bien, el camino de la santidad, para que llegues ahora tú aquí a decir barbaridades y a... —las airadas protestas y abucheos de buena parte de los presentes impiden seguir escuchando la intervención. 
  El debate se ha vuelto absolutamente incontrolable. Veo a Jesús descentrado. Ahora se le acerca el regidor. Imagino que le propondrá adelantar la siguiente pausa. Pero.... ¿Qué le pasa a Jesús? Le veo con mala cara. Tiene la mirada perdida y no atiende a lo que le dicen. Buff... Tal vez me pasé de dosis en alguna de las sustancias. Tanto el público como los tertulianos han percibido que algo extraño sucede. Se produce un silencio absoluto en todo el plató. Y ahora... ¡Por Dios! parece que pierde el equilibrio. Jesús se apoya en el brazo de uno de los cámaras. Se encuentra mal. Me levanto y voy corriendo hacia allí.
—Jesús, Jesús ¿Estás bien?
Él gira su cara hacia mí con la mirada perdida y me dice:
—No te preocupes, Dimas, no te preocupes...  Estoy bien —me contesta, esta vez  mirándome por fin a los ojos.
  Jesús se desplaza ahora con lentitud ceremoniosa hacia el centro del plató, yo le sigo, y desde allí se dirige a todos para decirnos:
Perdonad. Os ruego perdonéis esta pequeña ausencia mía —el silencio es absoluto en todo el plató, todos estamos atentos a las palabras que lentamente Jesús nos dirige— Ya estoy bien. Es que he tenido que... —una nueva pausa prolongada  He tenido que ir un momento a orar a...  —se gira para señalar la esquina del escenario donde había tenido ese pequeño desmayo— a Getsemaní.
  Para mí ya está claro: me he pasado en la dosis del alucinógeno. Nadie se mueve, ni los del escenario y sus aledaños ni el público asistente en sus butacas. Toda la atención está concentrada en él. Pero transcurridos unos cuantos segundos es el Presidente de la Conferencia Episcopal, Monseñor Argüello, quien rompe ese silencio trágico poniéndose en pie y preguntando a Jesús con voz grave:
—¿A orar a Getsemaní has dicho?  —todas las miradas se desvían hacia el clérigo pero rápidamente vuelven hacia Jesús en espera de su respuesta. Él tarda unos cuantos segundos más en girarse lentamente hacia su interlocutor para responderle:
—Sí, al jardín de Getsemaní, ese que está en una de las laderas del Monte de los Olivos. 
La respuesta ha descontrolado al Monseñor quien frunciendo el ceño se vuelve a un lado y a otro para mirar a sus acompañantes y decir indignado a Jesús:
—¿Que te has ido a orar al Monte de los olivos...? Ya...  O sea que ahora te crees que eres el Hijo de Dios, ni más ni menos —se lleva las manos a la cabeza para continuar exclamando a gritos: ¡Lo que eres es un blasfemo, un... hereje, un...!  —Indignado empieza a recoger los folios que tenía sobre la mesa— Nos vamos. Se ha acabado. Esto es un sucio montaje, una ultrajante ofensa a la Iglesia Católica. ¡Ni un minuto más, nos vamos!
Jesús da un par de pasos al frente y levanta ahora su mirada hacia la cámara cenital allí dispuesta y declama en voz alta y solemne:
Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen.
Los murmullos se disparan por todo el plató. La expectación es máxima. Nadie entiende nada de lo que allí está ocurriendo. Yo me acerco a Jesús para posar mi mano en su hombro y decirle flojito al oído:
No te preocupes, Jesús, ya se te está pasando el efecto, en un rato te encontrarás bien, ya verás.
Él me coge de la mano y con una voz profunda declara ante todos:
—Gracias, por tu apoyo, Dimas. Te aseguro que hoy mismo estarás conmigo en el Reino de los Cielos.
—De acuerdo, muchas gracias, Jesús, —le contesté en voz alta y clara siguiéndole el rollo que se estaba marcando pero tú ya te encuentras bien ¿no? 
Si, si, no te preocupes —me responde de nuevo en voz baja y se acerca a mi oreja para confidencialmente decirme: —Tú a partir de ahora imita mis movimientos. 
  Algunos de los presentes han empezado a reconocer aquellas frases bíblicas de Jesús, de Jesús de Nazaret en boca de nuestro Jesús, Jesús Contreras. La tensión en el plató es tremenda. Los clérigos no terminan de marcharse, se han puesto de pie pero siguen atentos a lo que sucede. Todas las miradas concentradas en Jesús y en mí, emplazados en el centro del escenario. 
—Siento un profundo dolor —declama Jesús ¿También tú, Dimas?  
—Sí, yo también —le contesto y veo que él empieza a estirar y levantar con parsimonia sus brazos hacia los lados. Yo me separo de él un par de metros y le imito levantando los míos. Todo muy lentamente. Ya estamos los dos con los brazos en cruz.
La expectación del público es máxima. Estoy alucinado. Todos los aquí presentes están alucinados.  Imagino que los técnicos siguen haciendo sus funciones adaptándose como buenamente pueden y este inesperado espectáculo se seguirá retransmitiendo en riguroso directo. Está claro, Jesús debe tener por costumbre salirse del guion y sorprender a todo el mundo incluidos los técnicos, que tienen que reaccionar a toda prisa. Y así lo hacen, pues ahora han puesto una música celestial que magníficamente nos acompaña en este transito final hacia la otra vida. Las luces se concentran en nosotros dos. 
—Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu —declama ahora Jesús en un tono tremendamente dramático.  La música aumenta gradualmente su volumen.  Jesús lanza un angustioso y estridente quejido final, al que yo acompaño con otro más flojito para no quitarle a él protagonismo. Se apagan todas las luces durante un par de segundos volviéndose a encender para resaltar nuestros cuerpos crucificados y dar por concluido el espectáculo.
  ¡El público presente aplaude emocionado! Es impresionante. Hasta los cámaras, los de sonido, todos aplaudiendo. Se escuchan ¡Bravos!  Ahora por fin los tres clérigos abandonan el plató. Imagino los titulares de mañana en sus medios afines. 


  Queridos lectores de este relato, de esta extraña crónica que da un giro tan inesperado a mi vida: Quiero compartir con vosotros mi satisfacción. Es la primera vez que realizo un papel de tanto protagonismo; durante unos minutos estelares he tenido la suerte de encarnar a mi tocayo Dimas, el legendario "buen ladrón" que fue crucificado hace más de veinte siglos justo al lado de Jesús de Nazaret. Ha sido para mí una auténtica gozada.
Bueno, pues ahora ya me toca despedirme. No sé en qué medida os habrá gustado el texto que acabáis de leer, tal vez os haya podido ofender, si es así os presento mis más sinceras disculpas. En cualquier caso os deseo a todos una muy feliz Semana Santa.

Algunas declaraciones polémicas de Monseñor A.


Monday, 17 February 2025

Esa maldita puerta

 

Bernie, por favor, escucha y entiende bien lo que te digo: Es muy tarde y necesito salir. Ábreme esta puerta. Para poder hacerlo debería ser suficiente con el reconocimiento facial. Mírame. ¿Quieres que me acerque más a la cámara? ¿Aquí te parece bien? ¿Me reconoces?

Te reconozco perfectamente, señor William Rodriguez. Ya te reconocí en tu entrada. Se admitió tu acceso por venir acompañado del señor Mártin Salazar.

Martin no, se llama Martín, con acento en la í.

Gracias por la corrección, queda incorporada.

Y a mí llámame Bill y déjame salir de una vez, por favor, que estoy hecho polvo y necesito descansar.

Comprendo tu situación, señor Bill, puedo facilitarte comida y bebida si te apetece, también puedes descansar en la sala anexa, pero no tengo la autorización pertinente para abrirte las dos puertas que impiden la salida del recinto. Tu perfil de usuario carece de los privilegios requeridos para ello.

¿Privilegios? Me cago en todos tus... iba a decir muertos pero no tienes. ¿Quién demonios hizo tu interfaz humano? ¿Quién fue el gilipollas que te enseñó a hablar así?   

La actual versión v3.4 de nuestro interfaz humano fue diseñada por el equipo de la señora Yuane Wang, entrando en funcionamiento el 12 de febrero de 2049, con la certificación de calidad del equipo del señor Zhao Ming. La interfaz lleva desde entonces doscientos treinta y dos millones cuatrocientas veinte mil actualizaciones incorporadas automáticamente como resultado de trescien...

¡Para! Para ya, joder; me importa un carajo todo eso. Vamos a ver, Bernie, dime ahora mismo con quién tengo que hablar para que se abra esa maldita puerta y pueda yo salir de una vez.

Las personas autorizadas para la apertura excepcional de los accesos al Site M233, donde te encuentras, son las que disponen de privilegios SEC4 o SEC5, pero no estoy autorizado a suministrarte sus nombres.

Vete a tomar por culo con todos esos privilegios de mierda. Te estoy pidiendo salir de este edificio, no entrar, joder. Ya me estoy hartando. Por favor céntrate de una vez y dime qué demonios hago yo ahora para salir de aquí.

Lo siento, señor Bill, no he comprendido en qué puedo ayudarte.

Tienes que contactar con alguien que tenga los putos privilegios esos. Espera, espera que voy a apaciguarme un poco... porque así no me vas a entender. Buff... A ver... Empiezo de nuevo: Por favor, Bernie, contacta con algún ser humano que tenga los privilegios SEC4 o SEC5 y me pasas con él.

Comprendido. Verificando disponibilidad... Transmitiendo la solicitud de ponerse al habla con William Rodriguez... Tardaré cuarenta y tres segundos en completar los contactos de la lista …

Bien, muy bien, Bernie. Venga, espero.

Siete contactos localizados y disponibles. Te conecto con el primero que ha aceptado la solicitud. Conectando... Adelante. El señor William Rodriguez se encuentra al habla. Pueden iniciar conversación.

Hola, hola ¿Con quién hablo?

Hola Bill. Soy Arundhati ¿Qué pasa, tío?

¡Arun! ¡Qué bien! Estaba ansioso de poder hablar con humanos y encima tengo la suerte de que me salgas tú. Mira, Arun, estoy en una situación absurda, te cuento: hemos venido Martín y yo al SiteM233, el del control de aguas, para montar los nuevos sensores, por lo del protocolo PR12, ya sabes, es de las pocas cosas que aún no se han mecanizado; para eso hemos quedado los humanos, ya ves,  como obedientes siervos del Sistema. Total que a Martín ¿Te acuerdas de Martín? El que nos dio el primer seminario de PRs hace un par de años o así.

Sí, el chileno.

Efectivamente. Pues resulta que le ha subido un poco la fiebre, apenas unas décimas, él estaba perfectamente, pero aquí lo han detectado; al pobre lo han metido en un skydrive y lo han largado a su departamento. Total que ahora no me dejan salir, porque habíamos entrado con su acreditación y yo resulta que no tengo el SEC4, no lo entiendo, llevo años con él y ahora me dice el Sistema que no figura en mi perfil.

Pues chico me has pillado en la ducha, al oír que eras tú quien pedía ayuda, me he apresurado a chillar “¡Si, acepto la llamada!”.

Vaya faena, perdona, lo siento de verdad, Arun.

No, no te preocupes, en absoluto. Además me alegra mucho saludarte, Bill, te vengo echando de menos desde hace tiempo; y ahora más en medio de esta pandemia que, a pesar de todo, me trae algunos buenos recuerdos. ¿A ti no?

Claro que sí, es paradójico que una situación tan triste como aquella pueda albergar también momentos de felicidad como los que viví contigo.

Efectivamente. Momentos fugaces pero felices. Bueno, pues en un minuto entro en tu perfil y te pongo.... El SEC4 has dicho ¿no?

Sí, el SEC4. Muchísimas gracias Arun. Eres un cielo. ¿Por qué demonios me habrán quitado esa acreditación?

Pues algo malo habrás hecho, Bill. Ja, ja.

Eso seguro, ya me conoces, pero me lo habrían comunicado ¿no?

Qué va, últimamente no comunican casi nada, es otra de las cagadas del PR12; cada uno tenemos que revisar a diario nuestro perfil para saber los cambios; y sólo tienes acceso a los índices principales; ahora la base de datos personal de cada uno es inmensa, nos tienen pillados por todos los lados, cada paso que damos, cada conversación, como esta misma por ejemplo ¿Por qué no me llamas por privado? Me has asustado llamándome por el Sistema.

Es que esa es otra. Al intentar salir y no dejarme el Sistema, hice log-out y log-in, como se ha hecho toda la vida, y el capullo de Bernie, que así se llama la robótica de seguridad de aquí, me ha dejado sin cobertura. Estoy aislado del mundo. Sólo a través del Sistema te he podido localizar; o sea gracias a ti, Bernie, muchas gracias, porque nos estás escuchando ¿verdad?

Efectivamente. Podéis preguntarme lo que queráis

No, no, si yo sólo quiero agradecerte que hayas elegido a mi amiga Arun para que me ayude a salir de aquí, ya que a ti no te daba la gana de abrir la puerta. Arundhati es una de las personas que más quiero y admiro. Es autora de los mejores algoritmos de octava generación. Un genio, vamos.

Nos consta, señor Bill, el admirable curriculum de la señora Arundhati Metha.

Claro, eso es, curriculum, historia pasada, superada. Hace cinco años era muy útil lo que hacíamos tanto tú como yo, Bill, pero ahora somos parte de la prehistoria. Los algoritmos los desarrollan los mismos sistemas, y hacen en milisegundos lo que tu y yo tardábamos meses.

Vale, pues oye Bernie: añade que, además de ser una profesional como la copa de un pino, Arundhati es una bellísima persona. Bellísima en todos los sentidos imaginables e inimaginables ¿eh? porque para los no-humanos hay cosas que se os escapan ¿verdad?

Bill, por favor, ya vale. Mira, te he repuesto el SEC4. Aunque sólo me lo permite por una hora, no sé por qué. En cualquier caso, pide un skydrive y sal pitando, tío, que estoy viendo las noticias y la cosa pinta bastante chunga.

¿En serio? ¿Qué pasa?

Los índices de contagio suben y parece ser que el Sistema está a punto de meternos en alerta 3. Oye, no sé si tienes otros planes pero veo que no estoy lejos de ti, a sólo 28 minutos en sky. ¿Paso a recogerte?

¿En serio? Sería maravilloso. Pues si me recoges aquí te invito a cenar, que tenemos mucho que contarnos.  —Bernie: dime cuál es el mejor restaurante por aquí cerca. Que sea del gusto de Arun ¿eh?

El restaurante que mejor se adapta a las preferen….

No, no, espera un momento. A ver, Bill, prefiero que salgas ya, de verdad. Sal sin perder tiempo y en cuanto tengas cobertura me haces una privada.

Vale, pues allá voy. Te llamo ahora mismo.   Bernie: por favor ¿me abres la puerta?

Puerta S233/21 ha sido abierta para el señor Bill. Al llegar a la puerta S233/20 también se abrirá.

Gracias, Bernie; a ti y a todo el Sistema al que perteneces. Magnífico ¡Oh, se ha abierto la puerta! Sistema nuestro que estás en los cielos; santificado sea tu nombre. Je, je, eso decía mi bisabuelo Esteban cuando rezaba a Dios. Seguro que lo sabes, Bernie, tú lo sabes todo. Alabado sea tu nombre. Venga a nosotros tu reino. ¡Y ahora se abre la segunda puerta! Y...  Y hágase tu voluntad aquí en este puto planeta Tierra como en el... como en el... ¡Cielo! ¡Bieeen! Cielo abierto. Qué gozada respirar al aire libre. Pero... Joder, está petao; jamás había visto el cielo con tanto tráfico.

—Holaaaa. Lo lograste. Ya estás fuera ¿no?

¡Hola! ¡Síiii! estoy fuera gracias a tu ayuda, Arun. Te me has adelantado llamando. Siempre fuiste más rápida. Fíjate que llevaba meses con muchas ganas de hablar contigo, pero soy un desastre, van pasando los días y no consigo centrarme, últimamente estoy aturdido, no sé.

A mí me pasa igual. Yo también tenía previsto llamarte ¿sabes? Tengo un montón de ganas de verte y estar tranquilamente contigo. La última vez fue todo tan apresurado...

Es verdad. Fue un encuentro maravilloso, pero tan cortito... nos quedamos con la miel en los labios. Qué vorágine nos ha tocado vivir ¿eh?. La última pandemia nos mantuvo muy separados, fue una putada. Y ahora prácticamente empalmamos con esta otra, joder.

Pues sí. Oye Bill, perdona un momento que me llama la jefa.

Vale, vale. Aquí te espero, sin prisa. Estoy en frente de la puerta principal.

Alucino. Qué buen día llevo. He montado con éxito los seis sensores; cuatro de ellos yo solito desde que se llevaron al pobre Martín. Eso va a suponer puntos extra en mi curriculum. Luego el susto del puñetero Bernie que no me dejaba salir, pero, precisamente gracias a esa maldita puerta, el mismo Sistema va y me pone en contacto ¡con Arun! mi queridísima Arun, y ella me dice que me echa mucho de menos. Encima me viene ahora a recoger. Es la hostia, la hostia. Estoy que... que no me lo creo.

—Hola de nuevo, Bill. Mira... va a ser mejor cambiar de plan, pídete un sky y nos vemos en la aerobase HF9 que está a mitad de camino entre los dos ¿de acuerdo? Yo ya salgo hacia allí.

Vale, muy bien, pues ya lo estoy pidiendo. ¿Por qué el cambio, Arun?

Es lo más sensato. Mira, me acaban de decir que no debo entrar ni tan siquiera acercarme a ningún Site M o similar. Te contaré luego, pero la situación es grave.

Dime, dime ¿Qué pasa?

Luego hablamos. Pero venga, mientras salgo te cuento brevemente para que te hagas una idea: Me acaba de llamar Colette, mi jefa. Hay noticias muy preocupantes Lo tuyo no es casual, qué va. El Sistema está impidiendo la movilidad de mucha gente, millones de personas en todo el mundo, hasta ahí todo normal al estar en plena pandemia, pero resulta que el confinamiento es mucho más duro y estricto con los departamentos de IT, con todos los especialistas y sus responsables; se los llevan a centros blindados y sin acceso al Sistema para que no puedan interferir en los procesos. El Sistema no se fía de nosotros. Colette se ha largado corriendo a esconderse en sitio seguro.

Joder, qué fuerte. Vale, pues sí, mejor nos vemos en el HF9 que está más alejado de todo el mogollón. Pero ¿Qué demonios está pasando?

Es alucinante. Parece ser que el lio se ha montado como resultado de la implantación del PR12. Pero eso ha sido sólo el detonante. Desde que se fusionaron la mayoría de los Sistemas de todo el mundo se ha ido perdiendo más y más el control humano sobre el Sistema. Es increíble, tremendo. Colette está montando un grupo de su confianza para acabar urgentemente con esta situación. Se lo ha pedido nada menos que el Secretario General. Y quiere contar conmigo ¿sabes?

Buff, Arun. Qué reto más complicado. Va a ser difícil dar marcha atrás en plena pandemia, el Sistema es fundamental para su gestión. 

Claro, esa es la clave de su fuerza. Nos hemos subyugado al Sistema, dependemos de él para nuestra supervivencia. Poco a poco hemos ido delegando en Él la formulación de acciones en los distintos escenarios. Tenía sentido, pues era el propio Sistema quien mejor capacitado estaba para establecer unos criterios que deben variar segundo a segundo, adaptándose en tiempo real a cada situación. Y nadie imaginó que pudiéramos llegar a este nivel de dependencia del Sistema. Es el puto amo. Colette lo tiene muy claro, hay que romper esa subyugación.

—Desde luego que sí. Yo estoy absolutamente de acuerdo, debemos recuperar el control. O sea que se va a formar un comité para la recuperación de la autonomía humana frente al Sistema. Es curioso, una especie de Comité Anti-Sistema. Y es lógico que quieran contar contigo. Eres la hostia, Arun. Total que ¿Qué le has contestado a tu jefa?

Le he dicho que sí, por supuesto, que cuenta conmigo. A pesar de que en la actual coyuntura es un reto muy muy complicado, conseguiremos poner cordura en todo esto, estoy convencida. Solo le he puesto un pero ¿sabes?

¿Cual?

Le he dicho que puede contar conmigo a tope, pero... a partir de mañana, porque esta noche tengo un compromiso ineludible.

¿Eso le has dicho?

—Sí, así exactamente se lo he dicho. Y no le ha parecido mal.  Mañana será otro día duro, uno más de lucha sin descanso, pero hoy necesito hacer una pausa en esta locura. Quiero utilizar los sentidos, que últimamente los tengo aletargados; sentirme viva; disfrutar de cerca cada sensación, cada forma; oler; acariciar... Escuchar en directo una voz humana tan cálida como la tuya... 

......

Bill ¿sigues ahí?

Sí, sí. Perdona Arun, es que... me he emocionado. Qué ganas tengo de verte. Oye, aquí llega mi sky. Me subo. Un beso enorme por adelantado y hasta ahora.


_______________________



Monday, 13 January 2025

En Madrid también tenemos animales muy cariñosos




    La ocasión es aquí y ahora, está claro, pero sin prisas, joder, mejor esperar a que ella se acerque al borde y pueda empujarla de forma rápida. Eso es, será apenas un instante de nada, un trágico accidente.
    —Nunca habíamos venido aquí en un día tan claro, hay una visibilidad de la hostia. Fíjate, se ve hasta la carretera comarcal ¿no es aquella? ni caso me hace— Acércate, mujer, que desde ahí no ves nada.

    —¿Acercarme al acantilado?  Ni de coña, con la altura que tiene esto. Mi madre nunca nos dejaba subir ¿sabes? nos decía: “Si vais a las peñas, ni se os ocurra acercaros al acantilado”. Y mi hermana no le hacía caso, veníamos las dos y ella se ponía justo al borde, así igual que tú. Yo en cambio siempre fui más prudente.
    Es curioso, porque de pequeña no valoraba en lo más mínimo nada de esto, odiaba venir a la aldea, aquí me aburría y estaba siempre deseando volver. Ahora en cambio no soporto Madrid. Aquí con este solecito se está de maravilla, qué sensación de paz, este airecito con aromas de romero y lavanda, una gozadaÉl puede hacer lo que quiera, pero yo lo tengo absolutamente decidido: me vengo a vivir aquí, aunque sea sola. Casi preferiría sola.
    —Que no se nos olvide medir la cocina ¿eh?, bueno, y todas las habitaciones. A ver qué muebles de casa nos podemos traer. Yo creo que la mayoría son aprovechables.
 
  Calma, joder, calma. Tengo que mantener la cabeza fría y esperar el momento preciso.
    —Eh... Ah sí, hay que medirlo todo muy bien, sí. Pero acércate, anda, verás qué maravilla de vistas.

    Lo bien que va a estar Peluso aquí, corriendo en libertad por todas partes. No sé por qué leches hemos tenido que dejarlo en casa, encerrado en la terraza el pobre. Estoy harta, siempre tengo que ser yo la tonta que ceda en estas discusiones. Y debe hacer un calor tremendo en Madrid, por dios, con lo mal que soporta él el calor. Debería llevarlo al peluquero, que le hagan un buen pelado de cara al verano. Aunque, qué tontería, aquí no le va a hacer falta, va a estar bien fresquito. 
   —Y la obra... lo mínimo posible ¿eh?. Hay que hacerle una buena caseta a Peluso, eso sí; revisar el tejado y reponer las tejas que faltan; pintar toda la casa por dentro y por fuera; y... poco más. No vamos a gastarnos el dinero sin necesidad.

   A lo mejor si la provoco se acerca, no sé... O no, vete tú a saber, tal vez se le ocurra largarse y entonces sí que la hemos jodido, las reacciones de esta cretina son imprevisibles. Lo intentaré.
   —¿Dinero dices? Pero si ahora estás forrada, tienes para hacerte diez casas nuevas si quieres. Por cierto, sigo pensando que la finca que se queda tu hermana es mucho mejor que esta ¿eh?, sin comparación. Hemos hecho el tonto.

   —¿Cómo que “hemos”? La herencia es mía, perdona. Y lo del régimen de gananciales ya te he dicho que hay que revisarlo cuanto antes, y no te lo tomes a mal, por dios, se trata sencillamente de poner las cosas en su sitio. Es lo normal ¿no?. En cualquier caso no insistas, leches, el asunto de las fincas está cerrado, las escrituras firmadas y no vamos a darle más vueltas a eso. De verdad que estoy harta de ese dichoso tema.
 
 Esta mujer es absolutamente gilipollas, y desde que se cree que va a poder ser una niña rica está más gilipollas aún, si cabe. No mueve el culo, hostias, y yo no querría tener que forzar la situación.
  —Por allí viene el pastor. Mira, ven a verlo, ahí está con su rebaño. Ese era pariente de tu familia ¿verdad? 

  —Será pariente de... quien yo te diga, imbécil. Te inventas las cosas. Te lo inventas todo y luego te lo crees, que es lo peor.

  —Será pariente de mi puta madre ¿no? venga dilo, mujer, no te cortes.

  —Yo nunca diría eso de tu madre, por dios, ya lo sabes.

  —Joder, pues fuiste tú quien me contó que ese pastor era familiar vuestro, no sé si muy lejano o qué, pero me lo dijiste, y creo que fue el primer día que me trajiste aquí, hará ya diez o doce años ¿no?. Me acuerdo perfectamente, porque luego estuve un buen rato charlando con él, y me soltó una frase... magnífica, de esas que jamás se olvidan.

  —Déjate de frasecitas que se nos echa la tarde encima y hay mucho que hacer. ¿Vamos de vuelta o qué?

  —Ah, mira, fíjate cómo el perro le ayuda a juntar el rebaño, es increíble... Que te lo estás perdiendo, mujer, ven a verlo.
     Bueno, por lo menos he despertado su curiosidad y se ha puesto de pie a mirar. Pero sigue sin acercarse al borde, hostias, me lo está poniendo difícil. 
   Acércate, mujer, escucha el sonido de sus badajos, qué bucólico, todo muy campestre como a ti te gusta. Mira, las lleva sin esquilar, con toda su lana. Bueno, pues lo que te iba diciendo: aquel día las llevaba igual de lanudas que hoy y, después de estar un buen rato charlando, contándome las ventajas de vivir en el campo y tal, va y me dice: “ Es que donde esté una buena oveja, con toda su lana... que se quite cualquier mujer” Ja, ja, qué bueno ¿verdad?

   —Corta ya el rollo, tío. Qué estupideces cuentas, me tienes harta.

   —Te lo juro que me dijo eso, me acuerdo perfectamente. Y yo le contesté: “Sí, seguro que sí, pero bueno, en Madrid también tenemos animales muy cariñosos: perros, gatos...; y hay mujeres que lo tienen muy claro: donde esté la lengua de un buen perro, de esos bien lanudos, que se quite...”   

   —¡Eres un gilipollas de mierda!  Me cago en todos tus....

   ¿Pero qué haces, mujer? Pero... ¡Aaaaaaaaaaah... !

    ...
    —¡¡Dios mío...!!  ¡Lo que he hecho, por Dios! ¡Lo que he hecho!



________________


Sunday, 12 January 2025

Próximas nupcias

Noticias locales / Madrid  / Ecos de sociedad 


Mis muy queridos lectores

de esta sección local:

Hoy llegó a la redacción

la noticia singular 

de una famosa pareja 

de novios de esta ciudad

que a pesar de estar viviendo

durante doce años ya

juntos en plena armonía

y total comodidad 

¡Han decidido casarse!

Es un notición ¿verdad?

"¿De qué pareja nos habla?"

ustedes preguntarán

Perdonen que no les pueda 

 aun sus nombres desvelar

 (pero al ser tan perspicaces

pronto lo adivinarán)

Ella es toda una hermosura

él un prefecto galán.

"Pues si tan felices viven

no veo la necesidad"

Seguro que están ustedes 

intentando descifrar

qué razones les motivan

para quererse casar

"Ya sé, querrán tener hijos

y es mejor formalizar 

su relación entre ellos"

 ahora pensando estarán,

pero también se equivocan

pues tienen dos hijos ya,

buenos, listos y preciosos,

uno Martín y otro Blas,

Padres e hijos, los cuatro,

son un equipo genial

muy capaces de enfrentarse 

a cualquier dificultad.

A pesar de todo ello

quieren dar un paso más

Y aún a riesgo de que algo

se pueda desbaratar

ellos son tan valientes que...

se han citado en un altar

"¿En un altar? ¿Qué me dice?"

volverán a preguntar

mis avezados lectores.

No, era broma, qué va

Es en Casa del Reloj

que es un centro cultural 

muy cerca del Matadero

donde la boda será.

Tampoco quien les escribe 

ha conseguido encontrar

las auténticas razones 

por las que se casarán

Pero... sabiendo lo mucho 

que a ellos les gusta viajar

y que el permiso por boda

suma dos semanas más...

Está ya todo clarísimo

Sólo nos falta brindar

¡¡¡Vivan los novioooos!!!


____________________