—Bernie, por favor, escucha y entiende bien lo que te digo: Es muy tarde y necesito salir. Ábreme esta puerta. Para poder hacerlo debería ser suficiente con el reconocimiento facial. Mírame. ¿Quieres que me acerque más a la cámara? ¿Aquí te parece bien? ¿Me reconoces?
—Te reconozco perfectamente, señor William Rodriguez. Ya te reconocí en tu entrada. Se admitió tu acceso por venir acompañado del señor Mártin Salazar.
—Martin no, se llama Martín, con acento en la í.
—Gracias por la corrección, queda incorporada.
—Y a mí llámame Bill y déjame salir de una vez, por favor, que estoy hecho polvo y necesito descansar.
—Comprendo tu situación, señor Bill, puedo facilitarte comida y bebida si te apetece, también puedes descansar en la sala anexa, pero no tengo la autorización pertinente para abrirte las dos puertas que impiden la salida del recinto. Tu perfil de usuario carece de los privilegios requeridos para ello.
—¿Privilegios? Me cago en todos tus... iba a decir muertos pero no tienes. ¿Quién demonios hizo tu interfaz humano? ¿Quién fue el gilipollas que te enseñó a hablar así?
—La actual versión v3.4 de nuestro interfaz humano fue diseñada por el equipo de la señora Yuane Wang, entrando en funcionamiento el 12 de febrero de 2049, con la certificación de calidad del equipo del señor Zhao Ming. La interfaz lleva desde entonces doscientos treinta y dos millones cuatrocientas veinte mil actualizaciones incorporadas automáticamente como resultado de trescien...
—¡Para! Para ya, joder; me importa un carajo todo eso. Vamos a ver, Bernie, dime ahora mismo con quién tengo que hablar para que se abra esa maldita puerta y pueda yo salir de una vez.
—Las personas autorizadas para la apertura excepcional de los accesos al Site M233, donde te encuentras, son las que disponen de privilegios SEC4 o SEC5, pero no estoy autorizado a suministrarte sus nombres.
—Vete a tomar por culo con todos esos privilegios de mierda. Te estoy pidiendo salir de este edificio, no entrar, joder. Ya me estoy hartando. Por favor céntrate de una vez y dime qué demonios hago yo ahora para salir de aquí.
—Lo siento, señor Bill, no he comprendido en qué puedo ayudarte.
—Tienes que contactar con alguien que tenga los putos privilegios esos. Espera, espera que voy a apaciguarme un poco... porque así no me vas a entender. Buff... A ver... Empiezo de nuevo: Por favor, Bernie, contacta con algún ser humano que tenga los privilegios SEC4 o SEC5 y me pasas con él.
—Comprendido. Verificando disponibilidad... Transmitiendo la solicitud de ponerse al habla con William Rodriguez... Tardaré cuarenta y tres segundos en completar los contactos de la lista …
—Bien, muy bien, Bernie. Venga, espero.
—Siete contactos localizados y disponibles. Te conecto con el primero que ha aceptado la solicitud. Conectando... Adelante. El señor William Rodriguez se encuentra al habla. Pueden iniciar conversación.
—Hola, hola ¿Con quién hablo?
—Hola Bill. Soy Arundhati ¿Qué pasa, tío?
—¡Arun! ¡Qué bien! Estaba ansioso de poder hablar con humanos y encima tengo la suerte de que me salgas tú. Mira, Arun, estoy en una situación absurda, te cuento: hemos venido Martín y yo al SiteM233, el del control de aguas, para montar los nuevos sensores, por lo del protocolo PR12, ya sabes, es de las pocas cosas que aún no se han mecanizado; para eso hemos quedado los humanos, ya ves, como obedientes siervos del Sistema. Total que a Martín ¿Te acuerdas de Martín? El que nos dio el primer seminario de PRs hace un par de años o así.
—Sí, el chileno.
—Efectivamente. Pues resulta que le ha subido un poco la fiebre, apenas unas décimas, él estaba perfectamente, pero aquí lo han detectado; al pobre lo han metido en un skydrive y lo han largado a su departamento. Total que ahora no me dejan salir, porque habíamos entrado con su acreditación y yo resulta que no tengo el SEC4, no lo entiendo, llevo años con él y ahora me dice el Sistema que no figura en mi perfil.
—Pues chico me has pillado en la ducha, al oír que eras tú quien pedía ayuda, me he apresurado a chillar “¡Si, acepto la llamada!”.
—Vaya faena, perdona, lo siento de verdad, Arun.
—No, no te preocupes, en absoluto. Además me alegra mucho saludarte, Bill, te vengo echando de menos desde hace tiempo; y ahora más en medio de esta pandemia que, a pesar de todo, me trae algunos buenos recuerdos. ¿A ti no?
—Claro que sí, es paradójico que una situación tan triste como aquella pueda albergar también momentos de felicidad como los que viví contigo.
—Efectivamente. Momentos fugaces pero felices. Bueno, pues en un minuto entro en tu perfil y te pongo.... El SEC4 has dicho ¿no?
—Sí, el SEC4. Muchísimas gracias Arun. Eres un cielo. ¿Por qué demonios me habrán quitado esa acreditación?
—Pues algo malo habrás hecho, Bill. Ja, ja.
—Eso seguro, ya me conoces, pero me lo habrían comunicado ¿no?
—Qué va, últimamente no comunican casi nada, es otra de las cagadas del PR12; cada uno tenemos que revisar a diario nuestro perfil para saber los cambios; y sólo tienes acceso a los índices principales; ahora la base de datos personal de cada uno es inmensa, nos tienen pillados por todos los lados, cada paso que damos, cada conversación, como esta misma por ejemplo ¿Por qué no me llamas por privado? Me has asustado llamándome por el Sistema.
—Es que esa es otra. Al intentar salir y no dejarme el Sistema, hice log-out y log-in, como se ha hecho toda la vida, y el capullo de Bernie, que así se llama la robótica de seguridad de aquí, me ha dejado sin cobertura. Estoy aislado del mundo. Sólo a través del Sistema te he podido localizar; o sea gracias a ti, Bernie, muchas gracias, porque nos estás escuchando ¿verdad?
—Efectivamente. Podéis preguntarme lo que queráis
—No, no, si yo sólo quiero agradecerte que hayas elegido a mi amiga Arun para que me ayude a salir de aquí, ya que a ti no te daba la gana de abrir la puerta. Arundhati es una de las personas que más quiero y admiro. Es autora de los mejores algoritmos de octava generación. Un genio, vamos.
—Nos consta, señor Bill, el admirable curriculum de la señora Arundhati Metha.
—Claro, eso es, curriculum, historia pasada, superada. Hace cinco años era muy útil lo que hacíamos tanto tú como yo, Bill, pero ahora somos parte de la prehistoria. Los algoritmos los desarrollan los mismos sistemas, y hacen en milisegundos lo que tu y yo tardábamos meses.
—Vale, pues oye Bernie: añade que, además de ser una profesional como la copa de un pino, Arundhati es una bellísima persona. Bellísima en todos los sentidos imaginables e inimaginables ¿eh? porque para los no-humanos hay cosas que se os escapan ¿verdad?
—Bill, por favor, ya vale. Mira, te he repuesto el SEC4. Aunque sólo me lo permite por una hora, no sé por qué. En cualquier caso, pide un skydrive y sal pitando, tío, que estoy viendo las noticias y la cosa pinta bastante chunga.
—¿En serio? ¿Qué pasa?
—Los índices de contagio suben y parece ser que el Sistema está a punto de meternos en alerta 3. Oye, no sé si tienes otros planes pero veo que no estoy lejos de ti, a sólo 28 minutos en sky. ¿Paso a recogerte?
—¿En serio? Sería maravilloso. Pues si me recoges aquí te invito a cenar, que tenemos mucho que contarnos. —Bernie: dime cuál es el mejor restaurante por aquí cerca. Que sea del gusto de Arun ¿eh?
—El restaurante que mejor se adapta a las preferen….
—No, no, espera un momento. A ver, Bill, prefiero que salgas ya, de verdad. Sal sin perder tiempo y en cuanto tengas cobertura me haces una privada.
—Vale, pues allá voy. Te llamo ahora mismo. —Bernie: por favor ¿me abres la puerta?
—Puerta S233/21 ha sido abierta para el señor Bill. Al llegar a la puerta S233/20 también se abrirá.
—Gracias, Bernie; a ti y a todo el Sistema al que perteneces. Magnífico ¡Oh, se ha abierto la puerta! Sistema nuestro que estás en los cielos; santificado sea tu nombre. Je, je, eso decía mi bisabuelo Esteban cuando rezaba a Dios. Seguro que lo sabes, Bernie, tú lo sabes todo. Alabado sea tu nombre. Venga a nosotros tu reino. ¡Y ahora se abre la segunda puerta! Y... Y hágase tu voluntad aquí en este puto planeta Tierra como en el... como en el... ¡Cielo! ¡Bieeen! Cielo abierto. Qué gozada respirar al aire libre. Pero... Joder, está petao; jamás había visto el cielo con tanto tráfico.
—Holaaaa. Lo lograste. Ya estás fuera ¿no?
—¡Hola! ¡Síiii! estoy fuera gracias a tu ayuda, Arun. Te me has adelantado llamando. Siempre fuiste más rápida. Fíjate que llevaba meses con muchas ganas de hablar contigo, pero soy un desastre, van pasando los días y no consigo centrarme, últimamente estoy aturdido, no sé.
—A mí me pasa igual. Yo también tenía previsto llamarte ¿sabes? Tengo un montón de ganas de verte y estar tranquilamente contigo. La última vez fue todo tan apresurado...
—Es verdad. Fue un encuentro maravilloso, pero tan cortito... nos quedamos con la miel en los labios. Qué vorágine nos ha tocado vivir ¿eh?. La última pandemia nos mantuvo muy separados, fue una putada. Y ahora prácticamente empalmamos con esta otra, joder.
—Pues sí. Oye Bill, perdona un momento que me llama la jefa.
—Vale, vale. Aquí te espero, sin prisa. Estoy en frente de la puerta principal.
Alucino. Qué buen día llevo. He montado con éxito los seis sensores; cuatro de ellos yo solito desde que se llevaron al pobre Martín. Eso va a suponer puntos extra en mi curriculum. Luego el susto del puñetero Bernie que no me dejaba salir, pero, precisamente gracias a esa maldita puerta, el mismo Sistema va y me pone en contacto ¡con Arun! mi queridísima Arun, y ella me dice que me echa mucho de menos. Encima me viene ahora a recoger. Es la hostia, la hostia. Estoy que... que no me lo creo.
—Hola de nuevo, Bill. Mira... va a ser mejor cambiar de plan, pídete un sky y nos vemos en la aerobase HF9 que está a mitad de camino entre los dos ¿de acuerdo? Yo ya salgo hacia allí.
—Vale, muy bien, pues ya lo estoy pidiendo. ¿Por qué el cambio, Arun?
—Es lo más sensato. Mira, me acaban de decir que no debo entrar ni tan siquiera acercarme a ningún Site M o similar. Te contaré luego, pero la situación es grave.
—Dime, dime ¿Qué pasa?
—Luego hablamos. Pero venga, mientras salgo te cuento brevemente para que te hagas una idea: Me acaba de llamar Colette, mi jefa. Hay noticias muy preocupantes Lo tuyo no es casual, qué va. El Sistema está impidiendo la movilidad de mucha gente, millones de personas en todo el mundo, hasta ahí todo normal al estar en plena pandemia, pero resulta que el confinamiento es mucho más duro y estricto con los departamentos de IT, con todos los especialistas y sus responsables; se los llevan a centros blindados y sin acceso al Sistema para que no puedan interferir en los procesos. El Sistema no se fía de nosotros. Colette se ha largado corriendo a esconderse en sitio seguro.
—Joder, qué fuerte. Vale, pues sí, mejor nos vemos en el HF9 que está más alejado de todo el mogollón. Pero ¿Qué demonios está pasando?
—Es alucinante. Parece ser que el lio se ha montado como resultado de la implantación del PR12. Pero eso ha sido sólo el detonante. Desde que se fusionaron la mayoría de los Sistemas de todo el mundo se ha ido perdiendo más y más el control humano sobre el Sistema. Es increíble, tremendo. Colette está montando un grupo de su confianza para acabar urgentemente con esta situación. Se lo ha pedido nada menos que el Secretario General. Y quiere contar conmigo ¿sabes?
—Buff, Arun. Qué reto más complicado. Va a ser difícil dar marcha atrás en plena pandemia, el Sistema es fundamental para su gestión.
—Claro, esa es la clave de su fuerza. Nos hemos subyugado al Sistema, dependemos de él para nuestra supervivencia. Poco a poco hemos ido delegando en Él la formulación de acciones en los distintos escenarios. Tenía sentido, pues era el propio Sistema quien mejor capacitado estaba para establecer unos criterios que deben variar segundo a segundo, adaptándose en tiempo real a cada situación. Y nadie imaginó que pudiéramos llegar a este nivel de dependencia del Sistema. Es el puto amo. Colette lo tiene muy claro, hay que romper esa subyugación.
—Desde luego que sí. Yo estoy absolutamente de acuerdo, debemos recuperar el control. O sea que se va a formar un comité para la recuperación de la autonomía humana frente al Sistema. Es curioso, una especie de Comité Anti-Sistema. Y es lógico que quieran contar contigo. Eres la hostia, Arun. Total que ¿Qué le has contestado a tu jefa?
—Le he dicho que sí, por supuesto, que cuenta conmigo. A pesar de que en la actual coyuntura es un reto muy muy complicado, conseguiremos poner cordura en todo esto, estoy convencida. Solo le he puesto un pero ¿sabes?
—¿Cual?
—Le he dicho que puede contar conmigo a tope, pero... a partir de mañana, porque esta noche tengo un compromiso ineludible.
—¿Eso le has dicho?
—Sí, así exactamente se lo he dicho. Y no le ha parecido mal. Mañana será otro día duro, uno más de lucha sin descanso, pero hoy necesito hacer una pausa en esta locura. Quiero utilizar los sentidos, que últimamente los tengo aletargados; sentirme viva; disfrutar de cerca cada sensación, cada forma; oler; acariciar... Escuchar en directo una voz humana tan cálida como la tuya...
…......
—Bill ¿sigues ahí?
—Sí, sí. Perdona Arun, es que... me he emocionado. Qué ganas tengo de verte. Oye, aquí llega mi sky. Me subo. Un beso enorme por adelantado y hasta ahora.
_______________________