“Saludos desde Arlington, Virginia. A mi espalda pueden ver esta colosal torre, de más de 130 metros de altura, que a partir de mañana será la nueva sede central de Odiazon. Esta “Torre de Babel”, como ya ha sido bautizada por algunos medios, se trata de un edificio futurista inspirado en una doble hélice, realizado por la firma NBJB Arquitectos y cuya construcción ha costado tres mil millones de dólares. A las doce del mediodía se espera la llegada del director ejecutivo y fundador de la compañía, Jeff Berzos que, junto al resto de miembros del comité de dirección, presentará al mundo su nueva sede.”
—Cambia de gamuza, Marcos, que esa ya no limpia; lo mismo que hago yo ¿no ves? mira este pasamanos cómo reluce, hay que cambiar la gamuza cada tres o cuatro escalones por lo menos.
—Lo que tú digas, jefe, voy a traer unas cuantas cajas, que de tanto ir y venir al almacén se nos echa la hora encima y no terminamos con esta escalera.
—Y como me vuelvas a llamar jefe, te llamaré a ti “pendejo” ¿no lo decís así en tu tierra?
—Sí, je, je, buen acento, jefe. Perdón, Joe, quise decir Joe.
Recuerdo cuando este planeta vagaba perdido entre las tinieblas, desolado e inhóspito. En seis días hubo que ponerlo todo en orden, empezando por separar los mares, la tierra y el firmamento; cada cosa en su sitio. Luego fue maravilloso escuchar el silbido del viento en las colinas; ver brotar las primeras hierbas en las praderas...
“La inauguración de esta nueva sede ha creado la máxima expectación, dadas sus peculiaridades arquitectónicas que se han ido desvelando, como las terrazas arboladas en forma espirales ascendentes, arquitectura biofílica se denomina, que funde la naturaleza con el acero y el cristal. La presentación será retransmitida para todo el mundo por Odiazon Prime, la plataforma de medios filial de la compañía, que se ha reservado los derechos en exclusiva. A los demás medios acreditados sólo se nos permitirá el acceso una vez concluido el acto inaugural, que será cuando se lleve a cabo un tour guiado recorriendo el edificio y que podrán ustedes presenciar en directo aquí en la CNN, su cadena favorita. No se pierdan este tour, cuyo comienzo está previsto hacia las 14:30 EST (Horario Estándar del Este).
La vida se extendió a todos los rincones, y con ella fue aumentando la belleza del planeta, poco a poco, milenio a milenio. Pero últimamente noto muchos cambios. Me preocupan sobre todo los humanos, que alteran el orden natural y lo están destrozando todo.
—¿Qué tal tus hijos, Marcos? ¿Siguen en Baltimore?
—Sí, los vemos poco, la verdad. Pero están bien con sus abuelos. Aunque... a mí me preocupa mi Rubén. La pequeña no, Camila es lista y muy buena estudiante; pero Rubén es un poco despistado, no sé... no le veo yo que salga para adelante.
—Pásame otra gamuza, Marcos, porfa. Rubén estaba de repartidor ¿no?
—Estaba, dices bien, porque ya no, lo han echado de mala manera.
—No jodas.
—Sí, estos de Odiazon precisamente, llevaba un mes repartiendo con el coche de su abuelo, a toda prisa de un lado a otro, y de pronto le dicen que ya no cuentan con él.
—Claro, los putos algoritmos de productividad. Son unos cabrones estos de Odiazon. Lo mismo le hicieron a Bill. No sé si te he contado lo de mi hermano Bill.
—No.
—Pues él pidió un préstamo y se compró una furgoneta vieja para poder repartir bultos grandes, llevaba electrodomésticos y de todo. Trabajaba día y noche para poder subsistir, porque les pagan catorce dólares por hora, teniendo que poner ellos la gasolina y todos los gastos, el mantenimiento del vehículo, etc. Una puta mierda. No le llegaba ni para comer. Y trabajan como autónomos, o sea sin contrato, sin seguro médico, sin desempleo, ni derecho a ningún tipo de prestación social. Pues, a pesar de currar como un esclavo, a los tres meses le dejaron de pasar encargos, diciéndole que había otros que lo hacían más rápido y mejor. Les ponen una aplicación en el móvil y los tienen absolutamente controlados, minuto a minuto, con los datos de cada recorrido, de cada entrega; y luego usan unos algoritmos, que así los llaman, para medir la productividad. Sólo los más pringaos pueden seguir, con los demás no cuentan. El pobre está hundido en la miseria, con una depresión bestial. Estoy intentando meterlo también a limpiar, a ver si lo consigo, porque si no... Y todo por culpa de esta puta empresa a la que estamos aquí tú y yo dejando relucientes los escalones de mármol. Me dan unas ganas de... ¡destrozarlo todo, hostias!
—Por Dios, Joe, no digas eso. Y ten cuidado que está entrando gente, mira, nos pueden oír. Ya verás como todo se arregla; encontrará un buen curro; y ahora con tu tocayo Joe Biden en la Casa Blanca seguro que todo mejorará, si Dios quiere.
“...Y damos las gracias por la información a nuestro corresponsal destacado en la nueva sede de Odiazon, a la que volveremos en unos minutos, tras la pausa para publicidad.
¿No está satisfecho con el rendimiento de sus inversiones? Confíe en Agencia Financiera Global. Tendrá a su disposición el mejor grupo de expertos para asesorarle. Le garantizamos el máximo beneficio...”
Pero ¿habéis perdido el juicio? ¿Acaso os di cerebro sólo para albergar cifras y más cifras de cuentas corrientes? ¿Os di manos para convertirlo todo en mierda plastificada?
—Ese escalón está lleno de manchas, Marcos ¿cómo no te das cuenta?
—Que no Joe, no son manchas, es el propio material que es así, míralo de cerca.
—Tú qué coño vas a saber, en tu país no habéis visto mármoles de estos en toda vuestra vida; quita, joder, verás si sale frotando como es debido...
“Mientras tanto tenemos con nosotros a William Brown director ejecutivo de Prime-Live.
—Señor Brown: ¿Qué niveles de audiencia prevén ustedes para esta tan esperada retransmisión?
—Pues fíjese usted, faltan aún seis horas para el comienzo del acto y ya tenemos, en el previo, a más de doscientos millones de espectadores conectados. En el transcurso de la semana el número de suscriptores al canal de Prime-Live se ha triplicado. Va a ser sin duda el acontecimiento del año.
—Y dígame ¿no les preocupa que tal demanda pueda sobrepasar la capacidad de sus servidores de internet, como ha sucedido ya en ocasiones similares?
—En absoluto, la capacidad de nuestros...”
—Yo apenas le puedo ayudar porque, ya sabes, me metí en el lío del apartamento y estoy pagando el crédito de la entrada y la hipoteca a la vez, eso es lo jodido, pero sólo al principio, los diez primeros años, luego ya me quedará la hipoteca nada más. Pues oye no salen las putas manchas, vas a tener razón...
—O sea que... el préstamo y la hipoteca, claro, pero... ¿qué es exactamente la hipoteca, Joe?
—Joder Marcos ¿cómo no vas a saber lo que es una hipoteca? Porque te aprecio ¿eh? que si no te mandaba a tomar por culo y le ibas a vacilar a otro. En fin, vamos a probar con disolvente, esto con disolvente sale, como que me llamo Joe.
“Señoras y señores: en estos momentos accede al recinto el presidente de la compañía y fundador de la misma Jeff Berzos, que, como todos ustedes sabrán, es el hombre más rico del planeta; se le calcula una fortuna de más de ciento noventa mil millones de dólares, algo mayor que la de Elon Musk, poseedor de la segunda mayor fortuna. Para que se hagan una idea de lo que significan esas cifras, les diremos que estos dos magnates acumulan más patrimonio que la suma de los 120 millones de personas más pobres de este país, o sea del 40% de su población.
Os advertí en su día que no convirtierais esto en un feudo de mercaderes sin escrúpulos.
—Pero ¿qué traes, Marcos?
—El disolvente, que sólo había latas de cinco litros, y no sabes lo que me ha costado abrirla.
"Entre las muchas empresas de su propiedad se encuentra la compañía aeroespacial Blue Origin, que ya tiene previstos sus primeros vuelos de turismo espacial para el año 2028". Pero también es famosa su colección de mansiones. Las lujosas viviendas para uso privado de este magnate se valoran en más de 500 millones de dólares, ubicadas en Beverly Hills, Seattle, West Texas, Washington, DC y Nueva York."
—¡Cuidado, Joe!
—¡Hostias...! ¡Joder, qué leche me he dado! Pero ¿por qué dejas la lata ahí en medio, Marcos? ¡mira cómo lo hemos puesto todo!
—¿Te has hecho daño, Joe?
—Me cago en dios... se ha caído enterito por el hueco de la escalera. Se habrá puesto todo perdido de disolvente...
—Tranquilo Joe, venga, recojámoslo pronto.
—La hemos cagado, Marcos. La hemos cagado bien. Mira las cortinas. A quién cojones se le ocurre colgar aquí unas cortinas tan largas... ¡la hostia puta, están empapadas! ¿Qué vamos a hacer?
—Rápido Joe, limpiemos por lo menos el suelo.
—Vale. ¿Cómo? ¿Has oído, Marcos? Dicen que nos vayamos. No quieren que sigamos limpiando. Pues estupendo, oye. Jornada cortita hoy. Me fumo un cigarrito, como está mandao, y nos vamos ¿Vale?
No os queda ni un ápice de cordura. ¿Hasta dónde llega vuestra avaricia? ¡Basta ya! Habéis colmado mi paciencia.
—¡Eh, Joe! ¡Mira, se ha prendido la cortina! Es que has tirado la cerilla aún encendida, justo debajo de ella. ¡Por Dios, cómo arde! Corre. Tiene que haber un extintor por aquí, rápido.
—No, no, déjalo, Marcos. Vámonos pitando. Salgamos de aquí, pero con disimulo ¿eh?
“ Atención, porque llega a nuestra redacción una noticia de última hora de la que pasamos a informarles: Al parecer, se ha producido un incendio en la nueva sede de Odiazon. Sólo unas horas antes de empezar la ceremonia de inauguración el colosal edificio arde en llamas."
¡A la pira vuestra codicia! ¡vuestra insolidaridad!
“Llegan en este momento varios camiones de bomberos. El presidente y el resto de personas que se encontraban en el edificio han tenido que ser evacuadas urgentemente. Por el momento no tenemos más información, estamos a la espera de...”
Este verano ni un solo bosque arderá, sólo los símbolos de vuestro egoísmo, los baluartes de vuestra avaricia, esos serán esta vez el pasto de las llamas.
“Interrumpimos de nuevo la programación para informarles de una, o mejor dicho, de varias noticias de gran alcance: El mundo entero no sale de su asombro, pues al incendio de la nueva sede de Odiazon, del cual les venimos informando, hay que sumar otros dos que, al parecer, se han producido de forma simultánea en la ciudad de Washington, uno en la sede del Banco Mundial y el segundo en la del Fondo Monetario Internacional. Tanto en uno como en otro caso se desconocen las causas que pudieran haberlos provocado, pero todo apunta a que pueda tratarse de accidentes fortuitos.”
Qué hermoso resplandor proyecta hacia el cielo este fuego justiciero.
—¡No se puede respirar, corre, Joe!
—¡Aguanta la respiración y sígueme! Que por aquí se sale directamente a la calle.
“... Y son ya más de cien las sedes de grandes empresas y entidades bancarias que arden por todo el mundo, en un fenómeno absolutamente inexplicable...”
Para completar el espectáculo asomaré mi rostro entre las nubes y os advertiré que se trata de un merecido castigo.
—¡¡Dios, ayúdame!! ¡¡Por favor, Diooos!!
—¿Qué te pasa Marcos? Tranquilo, tranquilo, mi amor.
—¡Ay, ay! Qué susto, por Dios. Estaba soñando. He tenido una pesadilla terrible.
—Vaya, pues tranquilo, cariño. Pobre mío; ya te veía yo que no parabas de revolverte en la cama. Dime, dime ¿recuerdas qué sucedía en el sueño?
—Se aparecía Dios entre las nubes, con su barba blanca. Nos iba a castigar a todos. Yo le quería pedir clemencia, pero no era capaz de hablar, no me salía la voz.
—Tú siempre con Dios a cuestas, ay, Marcos, qué pesadez. Dios es sólo una leyenda, mi amor, no existe. Todas las religiones han sido siempre pura ficción; y de la mala, la peor ficción. Ahora los dioses todopoderosos son otros, como ese gilipollas de Odiazon, ese sí que no es un personaje de ficción, no, sino una cruel realidad.
“Conectamos de nuevo con nuestro corresponsal en Arlington, Jim Gordon.
—Hola Jim ¿Qué tal? ¿Todo previsto para la inauguración?
—Efectivamente, todo a punto. Cuando faltan aún cinco horas para que dé comienzo la ceremonia de inauguración de esta nueva sede, la expectación de todos los medios aquí destacados es enorme"
—Amanda, bonita ¿cómo tienes puesta la tele a estas horas?
—La puse pero bajito, cariño, para no despertarte. Es que van a poner lo de la torre de Babel. A ver si sales tú por ahí limpiando.
—Pues he debido mezclar las noticias de la tele con mi sueño. ¡Anda, son las 6! Olvidé poner el despertador, es tardísimo. Me voy pitando, preciosa. Esta tarde hablamos con los niños ¿vale?
—Sí, sí. Corre, Marcos, que el gilipollas ese tiene que inaugurar su edificio; límpiaselo bien. Y luego lo escupes ¿eh? le echas un buen escupitajo de mi parte. Pero... ¿qué buscas, mi amor?
—¿Dónde puede haber cerillas?
—En la cocina, el segundo cajón. ¿Qué pasa? ¿has vuelto a fumar o qué?
—No, no. Es para Joe, mi jefe, que a veces se le olvidan y me pide fuego. Oye, te tengo que presentar a Joe, es una magnífica persona. Pues hala. Un beso, preciosa. Hasta luego.
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Enlaces a algunas fuentes de información que inspiran el relato:
Vigilancia biométrica