Azafata.-
Señoras y señores: Bienvenidos a bordo. Por favor desabróchense
los cinturones; pongan el respaldo de su asiento en posición
reclinada, o incluso en horizontal si lo desean; siéntanse cómodos;
fumen y beban a su antojo.
Uno.-
Mire usted, señorita azafata: Lo siento pero es que yo no fumo
y además... es que he venido sin cinturón. Yo, si no le importa,
querría...
Dos.-
(interrumpiendo) No se preocupe usted por eso; mire, yo le
dejo el mío para que me lo desabroche.
Uno.-
No, no se moleste, si no es cuestión de cinturones, yo lo que...
Dos.-
(interrumpiendo) Pero si no es molestia, por dios, faltaría
más, venga...
Azafata.-
Nuestra velocidad de crucero será, como mucho, de dos o tres pies
por hora; y volaremos a una altitud de apenas unos palmos sobre el
nivel del mar. Tanto unos como otros, los pies y los palmos, podrán
ser grandes, pequeños, o medianos, con o sin callos, genuinos o
postizos, fieles o adúlteros entre sí, y les aseguro que en algún
momento del vuelo serán incluso virtuales.
Tres.-
Sí, ya; pero usted dice eso porque que lo pone en el guión, no es
que lo sepa realmente. Eso no vale.
Azafata.-
Pues lo mismo que usted. Mírese como está ahí leyendo su guión,
al igual que todos.
Tres.-
Cierto, muy cierto. Vaya mierda. Pero ¿qué somos? ¿putas
marionetas del guionista? Y no me refiero a ahora, no, es obvio que
ahora estamos leyendo cada uno el papel que nos han escrito; me
refiero a toda la vida, a ese guión oculto que escribe el poder y
que nos marca el paso cada día.
Dos.-
¿Te refieres a los políticos?
Tres.-
No, hombre, no, esos son unos pringaos.
Uno.-
No, él se está refiriendo a dios. Será uno de esos creyentes para
los que el destino siempre viene marcado por dios. Las cosas suceden
“si dios quiere”. Afortunadamente cada vez somos más los
escépticos. Los creyentes irán poco a poco desapareciendo, si dios
quiere.
Tres.-
Ni dios ni hostias. Es el capital. Es el puto capital quien nos
maneja a su antojo. “Venga, esclavo, ponte el despertador bien
temprano ¿eh? Tienes mucho que producir para luego poder consumir lo
que te digamos. Pero ¿cómo? ¿sigues aún con ese móvil tan cutre?
Qué vergüenza, por dios ¿Y aún no has visto el nuevo modelo de
televisor 4D? Pero si ya lo tiene el vecino del tercero ¿es que vas
a ser tú menos que él? " Consume, trabaja, consume, trabaja, no
pares, sigue, sigue.
Dos.-
Ese vestido... pero dónde sales tú con ese vestido de la
temporada anterior; por dios, ya no se llevan esos colores. Compra.
Renueva tu estilo. Compra. No pares, sigue, sigue.
Dos
y Tres.- No pares, sigue, sigue...
Uno.-
¡Ay, señor, qué desgracia! !Qué desgracia la mía! Volvía ayer
tan contento a casa; estaba aparcando mi nuevo y flamante serie 3,
azul metalizado, precioso; y en ese momento llega mi vecina, por
dios, la imbécil de mi vecina ¡se ha comprado un serie 5!, me cago
en todos sus muertos, un serie 5 tenía que comprarse la muy
gilipollas, y justo delante mío lo aparcó. ¿Qué voy a hacer
ahora...? Pediré otro crédito, eso es, y me cambiaré de casa, me
iré del barrio, no lo soporto. Pienso seguir luchando día tras día,
nadie me va a dejar en ridículo.
Tres.-
Efectivamente. Trabaja y consume hasta la extenuación. No pares,
sigue, sigue...
Dos
y Tres.- No pares, sigue, sigue...
Dos.-
Y no mires hacia atrás. Otros se van quedando por el camino;
tropiezan y se descalabran; se van desangrando en las alambradas.
Pero tú no eches jamás la vista atrás. Otros se quedan, sí, pero
tú no pares, sigue, sigue.
Tres.-
Hay que mirar sólo
hacia delante. Cara al mañana, prietas las filas, recias, marciales.
Uno.-
Eso es. En este avión todos miramos exclusivamente hacia delante. No
pares, sigue, sigue.
(se
le unen el resto de pasajeros)
Uno,
Dos, Tres y resto de pasajeros.- (todos se ponen de pie)
No pares, sigue, sigue. No pares, sigue, sigue. No pares, sigue,
sigue...
Azafata.-
(alzando la voz) ¿Cómo? ¡Señores! Señores, por favor, les
suplico su atención. Estamos en el vuelo 503, aquí miramos hacia
delante, hacia atrás y hacia donde nos venga en gana. Esto qué va a
ser. Les ruego se calmen...
(se
sientan refunfuñando) (ella espera a que se sienten todos)
Creo
que será mejor empezar de nuevo ¿les parece bien?
Tres.-
Sí, sí. Empezamos de nuevo.
Dos.-
Eso, mejor será. (se
dirige a Uno) Pero
siéntese usted aquí al lado, así tendrá más a mano mi cinturón.
Uno.-
Venga, vale. (se sienta al lado de Dos)
Azafata.-
Señoras y señores: su atención, por favor. Bienvenidos a
bordo de este vuelo 503 con destino imprevisible. El comandante de la
nave no puede darles la bienvenida, ya que aquí no hay comandante ni
nada que se le parezca. La duración estimada del vuelo será de
tropecientos minutos. Dichos minutos podrán ser sexagesimales o no,
vertebrados o invertebrados, indicativos o subjuntivos, premeditados
y cautos tal vez, o ágiles e intrépidos, vaya usted a saber, pero
vendrán repletos de magnificas historias. Serán minutos
apasionados. Habrá que estar atentos por si en algún momento se
derriten sobre las mesas y en las ramas de los árboles, como los
relojes que pintaba Dalí.
Señoras
y señores viajeros: relájense y disfruten. Llegó el día señalado.
Da comienzo el taller gaditano de Bremen.